Aveiro es una ciudad donde el mar y la Ría no se extienden solamente en los paisajes pero, sobre todo, en el corazón de los que viven aquí. Es una ciudad donde la sal, utilizada desde siempre para la conservación, conserva, encima de todo, las tradiciones.
A las fiestas que invaden la ciudad cuando el frio todavía se siente, les llaman Fiestas de São Gonçalinho. Aquí, sin embargo, las personas del barrio de Beira Mar, de corazón salado, llaman al santo beato São Gonçalinho, no porque fuese pequeño pero por el enorme afecto que tienen por el santo que es no apenas conocido por curar enfermedades de los huesos pero también encargarse de materias del corazón. El santo nació en 1190 en Arrinonha, cerca de Guimarães, y empezó a ser conocido como santo casamentero en la freguesia da Aboadela do Marão.
Durante los días en que las Fiestas de São Gonçalinho, o de “nuestro niño”, llenan las calles y los canales de Aveiro, el barrio de Beira Mar es escenario de variadas tradiciones y todos, sin excepción, son invitados a participar. Uno de los más deliciosos rituales es el de lanzar desde el alto de la capilla los típicos dulces cubiertos de azúcar a los cuales llamamos cavacas e intentar correrlos con las manos o paraguas abiertos, en medio de la multitud. Se hace también la entrega del ramo de flores artificiales, conservado con una dedicación religiosa, y la Danza de los Mancos, realizada en el interior de la capilla. Estas son tradiciones que reúnen centenas de personas en el centro histórico. Aquí se hacen promesas al santo patrono del barrio de Beira Mar y se brinda por la ciudad, la amistad y al perpetuar de las tradiciones.
En estos días, el Pueblo sale a la calle. Ríe. ¡Celebra!
Podéis consultar todo el programa en la página de facebook de la Mordomia de S. Gonçalinho
https://www.facebook.com/mordomia.saogoncalinho/
Isadora Freitas